domingo, 12 de abril de 2015

Antecedentes del aprendizaje colaborativo



Aparentemente referirse al aprendizaje colaborativo podría entenderse como algo novedoso que se está poniendo de moda. Por sus características y los beneficios que deja en el ámbito educativo, también parecería que es una metodología de punta que por resolver muchos problemas viejos en el proceso de enseñanza- aprendizaje, se adopta y se difunde cada vez más en todos los niveles de la educación.
Realmente los antecedentes del aprendizaje colaborativo, se remontan a la misma historia social del hombre; fue la cooperación entre los hombres primitivos la clave para su evolución, a través del intercambio, la socialización de procesos y resultados así como toda la actividad grupal, todo esto conjuntamente con la propia experiencia laboral, el desarrollo de las manos y la aparición del lenguaje articulado, lograron materializarse en beneficio del desarrollo del cerebro.

En diversos escritos antiguos entre los que se encuentra la Biblia y el Talmud aparecen referencias explícitas a la necesidad de colaboración entre iguales. En el Talmud se establece que para aprender se debe tener un igual que facilite el aprendizaje y a su vez facilitarle uno el aprendizaje al otro. El filósofo griego Sócrates enseñaba a los discípulos en grupos pequeños, involucrándolos en los diálogos de su famoso “arte del discurso.”
En los tiempos del Imperio Romano, Séneca se refería a “Qui Docet Discet”, que traducido literalmente significa, “cuando enseñas aprendes dos veces”, enfatizando así el valor de enseñar para aprender.

Para Quintiliano, destacado educador de este periodo la enseñanza mutua es un beneficio necesario, refiriéndose a la necesidad de que cada aprendiz enseñe a los demás. Por otro lado, durante la edad media los gremios de arte también reconocían la importancia de que los aprendices trabajaran juntos en grupos pequeños para que, los más hábiles trabajando con el maestro luego enseñaran sus habilidades adquiridas a aquellos menos experimentados.
Pero no es sino hasta los siglos XVI, XVII y XVIII que aparecen las primeras tendencias pedagógicas que abordan el aspecto grupal de la educación. La idea del aprendizaje cooperativo surge en la historia de occidente ya que en el siglo XVI algunos pedagogos y retóricos empiezan a hablar de las ventajas de enseñar a otros, para aprender del aprendizaje entre iguales. Se puede mencionar en esta época a Saint Simon, Robert Owen y Carlos Furier o Charles Gide, éste último fue quién fijó las bases del sistema cooperativo que permitía al hombre aspirar a la superación.

Durante el siglo XVII se considera como precursor de la didáctica moderna al checo Johann Amos Comenius (1592-1679), como el primer partidario en la búsqueda de alternativas metodológicas para transformar la enseñanza en un proceso agradable sobre el conocimiento del mundo, y como forma para desarrollar las capacidades mentales de los alumnos; es así como introduce el tránsito de la enseñanza individualizada a la enseñanza basada en grupos.
La obra magistral de Comenio, su “Didáctica Magna” es un reflejo fiel de sus aportes y uno de los fundamentos importantes que concibe a la educación como un proceso que afecta al hombre a lo largo de su vida y a sus múltiples adaptaciones sociales; enfatizando en el papel de la imitación y de los juegos colectivos como vía de intercambio y de cooperación en la solución de un problema de aprendizaje; es un intento meritorio y sobresaliente al fundamentar la enseñanza en grupo en una etapa tan temprana al desarrollo de la pedagogía.

En la Inglaterra del siglo XVIII sobresalen Andrew Bell y Joseph Lancaster, este último quien divulgó y llevó a la práctica a los grupos colaborativos, modificación que se introdujo en la enseñanza inglesa a través de la pedagogía del trabajo y a quien le debemos “la noción de equipo”.
Es a partir del siglo XIX cuando se empieza a difundir en Estados Unidos el aprendizaje cooperativo. En 1806 el pedagogo Coronel Francis Parker abrió una escuela lancasteriana en Nueva York aplicando el aprendizaje cooperativo establecido ya como método.
Por otro lado, la difusión de las ideas de Lancaster en los Estados Unidos, culminó en 1800 con la aparición del Movimiento Masivo Escolar (Common School Movement) o Escuela Común, desde donde también se promovió el aprendizaje colectivo a través del superintendente de escuelas públicas en Quince y Massachussets, pedagogo C. F. Parker; sistema que predominó en América a lo largo de todo el siglo XIX y bien entrado el siglo XX.

Por su parte el filósofo norteamericano John Dewey quién escribió las obras “Escuela y sociedad” en 1899; “Cómo pensamos” en 1909 y “Democracia y Educación” en 1916, elaboró un proyecto metodológico de instrucción, en el que se promueve el uso de los grupos de aprendizaje colaborativo, y del que se deriva la comprensión del individuo como un “órgano” de la sociedad, que necesita ser preparado con la finalidad de aportar.
Dewey revoluciona la educación e introduce la experiencia como parte de ella, lo social ocupa un lugar relevante, sentando las bases para la creación de una “escuela activa”, de la misma forma que recalca la importancia de la “cooperación” frente al “individualismo”, la “creatividad” frente a la “pasividad” y el “trabajo manual” frente a las “asignaturas”, otro aspecto importante lo asigna a los libros de texto, que les confiere sólo la función de consulta.

Estas ideas de Dewey influyeron en otros pedagogos y es considerado el verdadero creador de la llamada “Escuela Activa”, que serviría de estímulo a la creación del “Plan Dalton”, el “Método de Cousinet” y su famoso “Método de Proyectos”.
La historia de los antecedentes del trabajo grupal en centros de enseñanza revela que uno de los métodos que con mayor frecuencia se aplicaban en la práctica  
pedagógica, a través de todo el siglo XX fue el “Método de Aprendizaje Colaborativo”.
El “Método de Aprendizaje Colaborativo” es por lógica, la continuidad de la concepción del aprendizaje activo que se arraigó en los Estados Unidos en toda esta etapa; pero redimensionado a partir de los resultados de los experimentos clásicos de la psicología social acerca de las estructuras grupales competitivas, colaborativas y cooperativas.
Los aportes del “Método de Aprendizaje Colaborativo”, han sido retomados a partir de la década de los años 90 en diferentes niveles de enseñanza y se destacan como partidarios de sus premisas: E. Cohen y D. M. Evans en EE. UU; T. Ryoko y Y. Kobayashi en Japón; A. Álvarez en España y Ramón Ferreiro Gravié en Cuba.
En los años setenta la investigación y práctica de los métodos cooperativos experimentan gran importancia, continúa evolucionando la teoría y aplicación de las técnicas cooperativas en el ámbito escolar sobre todo en Estados Unidos y Canadá. Actualmente se desarrolla y aplica esta metodología con sus características más esenciales en Israel, Holanda, Noruega e Inglaterra y se va extendiendo hacia países europeos como Italia, Suecia y España entre otros.

FUNDAMENTOS TEÓRICOS DEL APRENDIZAJE COOPERATIVO.
En el aprendizaje cooperativo hay teoría, hay investigaciones y hay uso en el aula de clases, lo que contribuye a considerarlo como una reconocida práctica de instrucción. La investigación en el aprendizaje cooperativo ha sido guiada, por lo menos, por cuatro teorías generales:

1. La Teoría de la Interdependencia Social
Quizá la teoría que más influye en el aprendizaje cooperativo es la que se enfoca a la interdependencia social que sugirió Kurt Koffka, uno de los fundadores de la Escuela de Psicología de la Gestalt, que en términos generales propuso que los grupos eran un todo dinámico en el que la interdependencia entre sus miembros variaba.
A principios del siglo XX, Kurt Koffka sugirió que los grupos eran conjuntos dinámicos cuyos miembros poseían la propiedad de una interdependencia variable. Entre los años veinte y treinta, Kurt Lewin refinó esta idea al sugerir que la esencia de un grupo es la interdependencia entre sus miembros, la cual es creada por la existencia de objetivos comunes que da como resultado, que un grupo sea un “todo dinámico” que funciona de manera tal, que cualquier cambio en el estado de cualquiera de sus miembros o subgrupo, afecta el estado de cualquier otro miembro o subgrupo. Así mismo, un estado de tensión intrínseco entre los miembros del grupo motiva el movimiento hacia el cumplimiento de los objetivos comunes.  
A finales de los años cuarenta, Morton Deutsch desarrolló las ideas de Lewin y formuló una teoría de la cooperación y la competencia. A su vez, los hermanos David y Roger Johnson ampliaron la obra de Deutsch en su teoría de la interdependencia social; esta última establece que la forma en la cual se estructura, determina la manera en la que interactúan los individuos.

Esta teoría distingue dos tipos de interdependencia: La positiva (cooperación) que da como resultado la interacción promotora en la que las personas estimulan y facilitan los esfuerzos del otro por aprender; y la negativa (competencia) que da como resultado la interacción de oposición, en la que las personas desalientan y obstaculizan los esfuerzos del otro.
Con base en esta teoría se puede afirmar que, si no hay interdependencia no hay interacción, y entonces en un grupo de personas éstas trabajarían de manera independiente, sin manifestar intercambio alguno con los demás.

2. La Teoría del Desarrollo Cognitivo
Esta teoría tiene gran parte de su fundamento en los trabajos de Piaget, Vigostky y otros teóricos. Para Piaget, cuando los individuos cooperan en el medio se genera de manera natural un conflicto sociocognitivo, que por consecuencia crea un desequilibrio, que a su vez sirve para estimular el desarrollo cognitivo.
Esta perspectiva se basa en las aportaciones de Piaget (1950), Vigotsky (1978) y de Johnson y Johnson (1979). Para Piaget, la cooperación es el esfuerzo que se hace para alcanzar objetivos comunes, mientras se coordinan los propios sentimientos y puntos de vista con la conciencia de la existencia de los sentimientos y puntos de vista de los demás.
Así, cuando las personas cooperan en su medio, surge el conflicto sociocognitivo, se crea el desequilibrio cognitivo, el cual estimula la capacidad de adoptar puntos de vista y contribuye al desarrollo cognitivo. Por lo tanto, el aprendizaje cooperativo en el enfoque piagetiano, promueve el desarrollo intelectual del alumno forzándolo a alcanzar el consenso con otros alumnos que sostienen puntos de vista opuestos sobre las tareas escolares.
Por su parte, Vigotsky sostiene que las funciones y logros distintivamente humanos se originan en las relaciones que se establecen; el funcionamiento psíquico ocurre gracias a la internalización y transformación de los logros de un grupo. Un concepto clave de Vigotsky es el de la “zona de desarrollo próximo” (ZDP), que se refiere a aquella situación entendida como, lo que un alumno puede hacer solo, y lo que puede lograr cuando trabaja con la guía de instructores o en colaboración con sus pares más capaces. Con base en lo anterior, es indispensable que los alumnos trabajen cooperativamente para que puedan aprender, entender y resolver problemas, ya que la adquisición del conocimiento es producto de un fenómeno social.

Cabe señalar que el aprendizaje cooperativo involucra, desde el punto de vista cognitivo, el uso de modelos, el entrenamiento y el andamiaje; es decir, para que el alumno retenga la información en la memoria y la incorpore en las estructuras cognitivas que posee, requiere ensayar y reestructurar cognitivamente la información que le llega. Una forma eficaz de lograrlo es explicar lo que se quiere enseñar a un colaborador.
Finalmente, la teoría de la controversia, propuesta por Johnson y Johnson, sostiene que enfrentarse a puntos de vista opuestos, crea incertidumbre o conflicto conceptual, lo cual provoca una reconceptualización y una búsqueda de información, mismas que dan como resultado una conclusión más refinada y razonada. Esta perspectiva teórica enfatiza que para lograr trabajar de manera cooperativa, se debe tener presente lo siguiente:
-Organizar lo que ya se sabe y establecer una posición.
-Defender tal posición ante alguien que sostiene la contraria.
-Intentar refutar la posición opuesta y defender la propia.
-Invertir perspectivas para poder ver el tema desde ambos puntos de vista

de manera simultánea.
-Crear una síntesis en consenso en la que todos estén de acuerdo.


3. La Teoría del Desarrollo Conductista
En esta teoría, algunos investigadores como Pavlov, Watson, Thorndike y Skinner señalaron que el aprendizaje depende de las conexiones que se establecen entre estímulos y respuestas. Ellos se interesaron por comprender de qué manera se podría asegurar que dichas conexiones fueran más estables para favorecer la perdurabilidad del aprendizaje. Así, el aprendizaje se puede definir como un cambio en la conducta observable del individuo, que es, el resultado de las consecuencias del medio ambiente y no de la maduración.
Esta teoría se enfoca en el impacto que tienen los refuerzos y recompensas del grupo en el aprendizaje. Skinner se enfocó en las contingencias grupales, Bandura en la imitación, etc.
Según Johnson y Johnson (1979) y recientemente Slavin (1980), han hecho énfasis en la necesidad de recompensar a los grupos para motivar a la gente para que aprendan en grupos de aprendizaje cooperativo.
Según esta perspectiva teórica, los alumnos se esfuerzan en las tareas que les proporcionan alguna forma de recompensa, y no se esfuerzan en aquellas que no les brindan recompensa o que conlleva un castigo, por lo tanto, los esfuerzos cooperativos dependen de la motivación extrínseca para obtener recompensas.

4.- La Teoría Socio-Cognitiva
Esta teoría fue sugerida por Román y Diez (1999) como modelo educativo y de diseño curricular el cual contiene como bases, las teorías de autores como
Vigotsky, Feuerstein, Ausubel, Novak, Reigeluth, Sternberg, Detterman, Bruner y Piaget. Se trata de un modelo cognitivo, basado en el cómo aprende el que aprende, en los procesos que usa el estudiante para aprender, incorporando además el desarrollo y la mejora de la inteligencia activa.
Del campo de la psicología se integran al modelo socio-cognitivo, los avances de las teorías de la inteligencia, donde inteligencia, creatividad y pensamiento reflexivo y crítico, son temas constantes para su aplicación en educación. En este contexto, desde el punto de vista del procesamiento de la información, se entiende a la inteligencia como una capacidad mejorable por medio del entrenamiento cognitivo (Sternberg y Detterman), lo cual se opone a las teorías factorialistas de la inteligencia, que consideran a la inteligencia como algo dado e inamovible en la práctica.
El modelo socio-cognitivo integra a sus fundamentos el constructivismo cognitivo de Piaget y su visión cognitiva del aprendizaje, que considera al aprendiz protagonista del aprendizaje, y al aprendizaje como la modificación de conceptos previos que ya se poseen al incluir los conceptos nuevos, y todo esto a través del conflicto cognitivo, resultando importante su visión de la epistemología genética.

A continuación se muestran las características más generales de esta teoría:
-Intenta integrar al actor del aprendizaje junto con sus procesos cognitivos y afectivos, con el escenario de aprendizaje.
-La cultura tanto social como institucional quedan reforzadas, mediante el curriculum entendido como una selección cultural que integra capacidades, valores, contenidos y métodos.
-Las metas o fines se identifican en forma de capacidades-destrezas como procesos cognitivos, y valores-actitudes como procesos afectivos, para desarrollar estudiantes capaces.
-Los contenidos como saberes se articularán en el diseño curricular de una manera constructiva y significativa a través de la arquitectura del conocimiento. Siendo básica la visión de los contenidos utilizables, para su adecuado almacenamiento en la memoria, de manera que estén disponibles cuando se necesiten y, donde lo más importante es saber qué hacer con lo que se sabe, más que sólo saber (competencia).
-La metodología debe poseer una doble dimensión, por un lado facilitar el aprendizaje individual y por el otro, el aprendizaje social, ambos con un equilibrio en la mediación del profesor/alumno y del aprendizaje cooperativo entre iguales (aprendizaje colaborativo). Se potenciará una metodología constructiva, significativa y por descubrimiento.
-La enseñanza debe subordinarse al aprendizaje, y por lo tanto se relaciona con la intervención en procesos cognitivos y afectivos en contextos determinados. El modelo de profesor explicador o animador debe quedar en último plano para dar paso al profesor como mediador del aprendizaje y de la cultura.
-El aprendizaje queda definido como aprender a aprender a través del desarrollo de capacidades y valores por medio de estrategias cognitivas y metacognitivas, como aprendizaje constructivo, significativo y cooperativo entre iguales.
-En la evaluación se consideran, la “evolución” inicial de conceptos y destrezas previas, la evaluación formativa o procesual centrada en la valoración de la consecución de las metas entendidas como capacidades y valores, y la evaluación sumativa de los contenidos y métodos en función de las metas.
-La motivación debe ser intrínseca, orientada al progreso individual y grupal del sentido del logro o éxito individual y social. La motivación intrínseca ayuda a centrar los objetivos y el clima grupal, dando lugar al aprendizaje cooperativo, mucho más motivante que el competitivo.
-El estudiante y ciudadano derivado del modelo será reflexivo, crítico, constructivo y creador.
-El modelo subyacente es un modelo de aprendizaje-enseñanza, donde las formas de enseñar entendidas como mediación, se derivan de las teorías del aprendizaje, con la enseñanza subordinada al aprendizaje.
Pero, a las teorías que dan base y sustento al aprendizaje colaborativo también deben sumarse las contribuciones de otros investigadores importantes del campo de la educación como son los siguientes:
-Célestin Freinet pedagogo francés que vivió a finales del siglo XIX y principios del XX proponía una escuela moderna, renovadora, activa, popular, natural, abierta, paidológica, cooperativista, metodológica, anticapitalista. Sus ideas se centran en la renovación del ambiente escolar, y en las funciones de los maestros. Que los niños aprendan haciendo y hagan pensando. Sus ideas se resumen en los siguientes principios:
1.    Una escuela para el pueblo, para la clase trabajadora.
2.    Escuelaconinteresespopulares,conunademocraciainternayunacultura
democrática y participativa.
3.    Sin imposiciones externas.
4.    Sindomesticaciónporpartedelaescuelacapitalista.
5.    Sinnotasdeobediencia.
-Francisco Ferrer Guardia, en catalán Francesc Ferrer i Guàrdia (1859-1909), fue un famoso pedagogo libertario español que recuperó la tradición moderna iniciada por Rousseau en el siglo XVIII, contraria a la autoridad y a la cosmovisión religiosa, para contraponerse al anarquismo y el libre pensamiento que florecía en las ciudades industriales.  
Inaugura en la ciudad de Barcelona en agosto de 1901 la Escuela Moderna, un proyecto práctico de pedagogía libertaria, que le acarreó la enemistad con los sectores conservadores y con la Iglesia Católica, que veían en estas escuelas laicas una amenaza a sus intereses. Tuvo escolarizados a más de un centenar de niños de ambos sexos, practicándose así la coeducación, algo inédito en aquellos tiempos. En sus aulas no se impartían enseñanzas religiosas pero sí científicas y humanistas, se fomentaba la “no competitividad”, el pensamiento libre e individual (es decir no condicionado), el excursionismo al campo, y el desarrollo integral del niño. Durante todo el primer tercio del siglo XX, decenas de escuelas, ateneos libertarios y universidades populares seguirían los planteamientos ferrerianos de la Escuela Moderna.
-Para Hassard (1990) el trabajo cooperativo es un abordaje de la enseñanza en el que los grupos de estudiantes trabajan juntos para resolver problemas y para determinar tareas de aprendizaje.
-Coll y Solé (1990) manifiestan el concepto de interacción educativa como situaciones en donde los protagonistas actúan simultánea y recíprocamente en un contexto determinado, en torno a una tarea o un contenido de aprendizaje con el único fin de lograr objetivos claramente determinados.
-Colomina (1990) dice que el trabajo en equipo cooperativo tiene buenos efectos en el rendimiento académico de los participantes así como las relaciones socioafectivas que se establecen entre ellos.
-Mario Carretero (1993) plantea que el conocimiento no es una copia de la realidad, sino que se construye de la realidad del interactuar del ser humano.
-Violeta Barreto (1994) nos dice que el aprendizaje cooperativo es aquel en que el alumno construye su propio conocimiento mediante un complejo proceso interactivo en el que intervienen tres elementos claves: los alumnos, el contenido y el profesor que actúa como facilitador y mediador entre ambos.

Finalmente, desde el punto de vista de la psicología, autores como Vigotsky, Galperin, Leontiev, Rubistein, Danilov, Skatkin, H. Brito, R. Ferreiro, F. González, V. González, M. Rebustillo, R. Bermúdez y Doris Castellano postulan que aprender es una experiencia de carácter fundamentalmente social en donde, el lenguaje juega un papel básico como herramienta de mediación no sólo entre profesor y estudiantes, sino también entre compañeros. Se observa en este sentido que los estudiantes aprenden cuando tienen que explicar, justificar o argumentar sus ideas a otros. Este estilo de aprendizaje constituye, según las investigaciones realizadas, una de las estrategias pedagógicas que obtiene grandes logros, ya que permite que los estudiantes construyan sus aprendizajes en conjunto con otros en asociación con el empleo de la tecnología.


Referencia bibliográfica 


García,R. Traver, J. A. Candel, I. (2001). Aprendizaje Cooperativo, Fundamentos, Características y Técnicas. Ed. Cuadernos de Educación para la Acción Social.

Material Impreso del Diplomado en Habilidades para el Aprendizaje Independiente. Programa de Fortalecimiento de los Estudios de Bachillerato. Módulo Aprendizaje Estratégico. 2005. Secretaría de Desarrollo Institucional. UNAM.

Gómez P. J. (2007). Apuntes sobre Fundamentos Teóricos del Aprendizaje Cooperativo. 2007. Colegio de Ciencias y Humanidades, Plantel Azcapotzalco. UNAM 


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